Los proyectos de los que estás más satisfecho suelen ser aquellos que, a priori, parecen pequeños. Detrás de estos trabajos siempre se encuentra el encuentro con el detalle y una ejecución casi artesanal. Uno de los ejemplos más destacados es un pequeño estudio que comenzó como una modesta estructura en el costado de un jardín. El cliente, un maestro jardinero, lo concibió inicialmente como un lugar donde podría abordar sus asuntos administrativos de manera práctica. Sin embargo, con el tiempo, este modesto estudio ha adquirido una nueva dimensión. Ahora, además de cumplir con su propósito original, se ha transformado en un refugio íntimo y un espacio para la contemplación. Cada detalle de este estudio ha sido meticulosamente pensado y ejecutado para crear un ambiente acogedor y sereno. Es gratificante observar cómo un proyecto aparentemente pequeño puede evolucionar y convertirse en algo tan significativo en la vida de alguien.